Nuevos caminos
El objetivo del área de Nuevos Caminos es llevar Godly Play a otros ámbitos menos conocidos y explorados hasta ahora: hogares, hospitales, centros de personas mayores, personas con discapacidad, centros penitenciarios… En este apartado de nuestra web encontrarás recursos para apoyar e inspirar el desarrollo de Godly Play en estos ámbitos.
Testimonio: Catequesis con chicas y chicos con discapacidad
Llevamos ya dos años disfrutando con este grupo. La experiencia está siendo muy enriquecedora para todos.
En principio se planteó como catequesis de confirmación para los chicos/as con dificultades de nuestra comunidad. Para ello, un grupo de varios catequistas citamos a los jóvenes interesados en recibir catequesis y a sus familias. Nuestra intención era mostrar una sesión de Godly play y después, escuchar las propuestas y necesidades detectadas por las familias. Nuestra sorpresa fue que, después de la sesión, varias madres transmitieron su entusiasmo por la metodología y solicitaron poder asistir y compartir las catequesis con sus hijos/as. Nos pareció buena idea y decidimos dejar abierta la posibilidad de que pudieran acompañar a sus hijos/as si así lo deseaban.
El grupo se reúne todos los domingos antes de la Eucaristía en una sala de Godly play que hay en la parroquia.
- Nos recibe nuestro párroco con gran alegría.
- Nos saludamos y formamos el círculo en nuestra sala de Godly Play.
- Contamos una historia de Godly Play sin realizar ningún tipo de adaptación.
- Realizamos la reflexión sobre la historia contada (podemos responder tocando aquello que más nos haya gustado, moviendo elementos de la historia…)
- Comenzamos una oración en círculo en torno a la Luz (vela) de Jesús, en la que todos los componentes del círculo tenemos la oportunidad de agradecer, pedir, compartir lo que nos nace de dentro, así como verbalizar su oración diciendo simplemente AMEN.
- Terminamos la oración, también en círculo pero ya de pie, a modo de bendición haciendo “Danza oración” con recursos adecuados a nuestro grupo y al momento que estamos viviendo en nuestro proceso cristiano.
- A continuación vamos a celebrar la Eucaristía con la comunidad. En ella, nuestros chicos/as participan en el coro, con las ofrendas…
En el grupo comenzaron dos chicas y dos chicos. Ahora se ha incorporado un chico nuevo con ilusión. Nuestro grupo tiene las puertas abiertas a quien desee venir.
- es un chico que tiene 16 años con discapacidad limitante. Tiene dificultad en el habla y dificultad motriz. Llama la atención su espiritualidad y su interés por acercarse a la Iglesia y, como él dice, “A Jesús”. Disfruta muchísimo. Pide a su madre quedarse solo en catequesis y ésto lo consideramos señal de que lo siente como un lugar seguro. Para su familia también está siendo una oportunidad para trabajar su autonomía. Se muestra muy participativo en las Eucaristías, confesiones y en las diferentes actividades y fiestas de la parroquia.
Destacar que un día L. estaba enfermo y sus padres decidieron que no podía ir a catequesis. Según su madre, L. rompió a llorar de tal manera, que decidieron dejarle ir, pero esta vez acompañado por su madre.
- es una chica que tiene 24 años. Discapacidad limitante. Dificultad en el habla, dificultad en la audición (compensada con audífonos), dificultad motriz. E. es pura alegría. En muchas ocasiones viene acompañada de su madre. Disfrutan de estar juntas. E. viene cada vez más contenta, y también participa mucho en las Eucaristías, confesiones y en las fiestas de la parroquia (Navidad, final de curso, cenas solidarias…)
E. ha mostrado en varias ocasiones recordar historias contadas el curso anterior.
También destacar que un día, al prepararnos para la confesión previa a la confirmación, estuvimos hablando de las cosas que hacemos y entristecen a Jesús. Elena rompió a llorar. Al explicarle que Jesús nos quería con locura, nos perdonaba todo y nos abrazaba, empezó a aplaudir. - M. es un chico que tiene 25 años. Tiene Síndrome de Down. Dificultad en el habla y dificultad motriz.Es muy cariñoso. Viene a catequesis con su madre. Ella verbaliza constantemente lo agradecidos que se sienten por las catequesis tan bonitas y por sentirse acogidos por la Iglesia. J. M. tiene problemas respiratorios, por lo que este último curso, no ha podido asistir de forma regular.
- es una chica que tiene 21 años. Probablemente la chica con más dificultad del grupo. El primer curso vino muy contenta acompañada de su madre. Al final del curso pasado, C. tuvo un gran susto de salud que le llevó a permanecer ingresada durante varios meses. No lo ha conseguido superar del todo, por lo que este curso no ha podido asistir a nuestras reuniones. Mantenemos contacto y continúan presentes y activas en nuestro grupo de Whatsapp.
- es un chico de 18 años que comenzó hace unas semanas con nosotros. Estamos felices de ampliar “Nuestro precioso grupo”. I. tiene autismo. Todavía no nos conocemos mucho, pero le vimos contento de poder estar en este círculo junto con sus familiares más cercanos.
En febrero de 2024, L., E. y J.M hicieron la confirmación junto con el resto de confirmandos de la parroquia. Fue un día de gran gozo para todos. Al anunciar que nuestra intención tras la confirmación era la de continuar con nuestras sesiones de Godly play (la confirmación es parte del proceso y no el final), el aplauso por parte de nuestros chicos/as y familias fue emocionante. Seguimos y seguiremos reuniéndonos con gran ilusión.
En general, podemos decir que se ha generado un vínculo de oración, amistad y cariño muy especial en nuestro pequeño círculo, que se extiende cuando compartimos la Eucaristía y otras celebraciones con la comunidad.
Testimonio: Godly Play en el hogar
por Marcos Febles
Lo recuerdo perfectamente. Fue en julio de 2018. A la semana siguiente de terminar mi curso básico de Godly Play, estaba contando a mi hijo la historia del Éxodo que me había tocado narrar en la formación. Ese día me habían llegado las figuras del Pueblo de Dios. Los días anteriores había conseguido una bolsa para guardar juguetes como saco del desierto, arena y un trozo de fieltro azul. Todavía no tenía el matzá. De manera un poco rudimentaria daba los primeros pasos de lo que sería Godly Play en el Hogar.
Y la experiencia fue genial. Trataba de reproducir lo vívido en el curso con mi familia. Todavía recuerdo cómo mi hijo también se quedó asombrado disfrutando de la narración al igual que me había ocurrido a mí la semana anterior. Pero sobre todo me llamó la atención la cantidad de preguntas que se hizo al finalizar el tiempo de reflexión. Ese día me di cuenta de que en Godly Play nos encanta hacernos preguntas y no tanto dar respuestas.
A partir de ahí, Sergio, mi hijo, se convirtió en mi “conejillo de indias” en la puesta en práctica de las sesiones de Godly Play. Siempre practicaba con él antes de contar una historia a un círculo de niños o adultos. Poco a poco, ya con los materiales específicos, fuimos narrando historias, haciéndonos preguntas, dando respuestas y celebrando juntos. Hacíamos un círculo familiar, mi hijo, mi esposa y yo.
Hasta que en 2019 llegó a mis manos el libro Stories of God at Home[1] de Jerome Berryman. Este libro, y todo el desarrollo de Godly Play para el ámbito familiar que hay detrás de esta propuesta, me hizo cambiar la perspectiva de las sesiones familiares. No se trata de repetir la estructura de Godly Play pero ahora en casa. Hay algunas diferencias que el guía de la celebración debe tener en cuenta. Godly Play en el Hogar es una oportunidad para estrechar y establecer nuevos lazos en la familia. Una oportunidad para conocernos mejor, para poder expresar en familia aquello que sentimos, aquello que es importante para cada uno de nosotros. En definitiva, una forma de seguir creciendo y seguir construyendo ese círculo tan importante que es la familia.
Historias de Dios en el Hogar es una nueva forma de vivir Godly Play. Podríamos decir que es una adaptación de Godly Play para vivir en familia. La invitación es a contar Godly Play en la mesa donde la familia se reúne para comer cada día. En esa misma mesa se narran las historias de la Biblia que también son alimento para nosotros[2].
La primera vez que nos sentamos a narrar una historia en la mesa en lugar de en la alfombra del salón, nos resultó raro. Pero se creó una atmósfera más recogida, más íntima, más familiar.
Creo que el gran cambio en las Historias de Dios en el Hogar está en el tiempo de reflexión. Las preguntas son mucho más concretas, todavía más relacionadas con la vida de cada uno de los miembros de la familia. Y se invita a que el narrador o guía también pueda participar, porque también es parte de esa familia. Por ejemplo, cuando en La historia de la Creación de Dios me pregunto si alguien de esta familia ha notado la luz de esta mañana cuando ha abierto los ojos o si ha probado o tocado el agua hoy, nos lleva a nuestro presente, al aquí y el ahora como miembros de la familia.
Es bonito descubrir un espacio que nos permite compartir, comunicarnos y abrirnos a cada uno de los que formamos la familia. Escuchar a mi hijo sus experiencias personales o a mi esposa contarnos experiencias de su infancia o que nosotros no conocíamos fue muy interesante.
La versión familiar de los materiales es muy parecida a como se utilizan en Godly Play, aunque son más pequeños y ligeramente diferenciados. Yo compré directamente las imágenes a Godly Play Resources y fui creando las placas de las primeras historias. Barnicé los materiales, compuse las cajas para guardarlos. Creo que no es muy complejo hacer el material de las cuatro primeras historias por uno mismo. Hacerlas personalmente te ayuda a hacer tuya la historia desde un principio participando en el proceso creativo. La historia del Buen Pastor y del Círculo litúrgico del Año de la Iglesia las compré más adelante en tiendas oficiales.
Me encanta la propuesta que hace Historias de Dios en el Hogar de dónde guardar cada uno de los materiales: Los materiales de la Creación con los materiales para ir al campo, los materiales de la Navidad, en el lugar donde guardamos en casa los adornos para ese tiempo. Me encanta esa conexión entre nuestro hogar y las historias. Así nuestra casa se convierte en nuestra “sala de Godly Play familiar”.
En conclusión, creo que la experiencia de Godly Play en el Hogar es una oportunidad para que Dios fluya en la familia, para que el gran río que es Dios se haga presente de una forma creativa en medio de ese círculo familiar. Es una forma de hacer presente a ese Dios creativo en medio de nosotros, en medio de la familia.
[1] Ya editado en español: J. BERRYMAN. Guía Completa de Godly Play. Método para enriquecer la espiritualidad infantil. Historias de Dios en el Hogar (Volumen 5) Editorial San Pablo: Madrid 2022
[2] Jeremías 15, 16
Cómo acoger a personas con TEA (trastorno del espectro autista) en Godly Play
Por Loida Paz González
La verdad es que no sabía mucho de autismo hasta hace poco, no había convivido de cerca con ninguna persona autista. Pero la primera vez que nos plantearon que íbamos a tener un niño con autismo en la escuela dominical, aunque nos sentimos un poco
abrumadas al principio, lo recibimos con ilusión y vimos la necesidad de prepararnos para hacerlo bien. Con solo pedir un poco de ayuda empezaron a abrirse un montón de puertas y ha sido un auténtico placer contar con tantas personas dispuestas a colaborar.
Muchas gracias a todos. Este es un trabajo que cuenta mucho más con experiencia práctica compartida que con conocimiento teórico (aunque algo hay), pero creemos que eso es lo que necesitamos. Destacaría una frase que me ha inspirado desde muy al principio: ¡No tengáis miedo a tratar con una persona autista! Parece obvio, pero también los ángeles en la Biblia casi siempre se presentan diciendo ¡No temas!, porque son maravillosos, pero a la vez causan temor por la sorpresa y el desconocimiento. Eso era exactamente lo que
necesitaba oír. (Descarga el artículo completo – 21 páginas- aquí).