El círculo en Godly Play / 5

 

JEROME W. BERRYMAN

 

Las parábolas y la reflexión

 
Las parábolas no miran al mundo de una manera corriente. Nos instan a empezar de nuevo para entender la vida sin los límites culturales ordinarios. Las parábolas buscan que experimentemos la vida limitados sólo por los confines existenciales absolutos más que por los transitorios. Esto es lo que hace que jugar con las parábolas sea una experiencia tan poco común para adultos y niños. Se nos ha enseñado a mantenernos dentro de nuestros límites culturales; hemos sido adiestrados en un sistema de premios y castigos para conseguir las respuestas correctas. Con las parábolas no hay una respuesta única; hay muchas respuestas correctas. Estos múltiples significados finalmente nos hacen parar y considerar al Creador de las Parábolas. Quizás sea esta presencia, este espíritu en medio de las parábolas lo más importante.
 
La creatividad del Creador de las Parábolas apoya y estimula la creatividad del propio intérprete, lo que se une al espíritu alegre de su Creador. La presencia del Creador de las Parábolas en las parábolas es algo que los niños intuyen cuando juegan con el significado de las parábolas. Esto fue interpretado en las Escrituras por los discípulos en una parábola de acción. Cuando ellos intentaban que Jesús les dijera lo que significaban esas parábolas él les devolvía la pregunta forzándoles a tomar responsabilidad de su propia relación con él. Sólo aquellos que tienen oídos para oír oirán. Esta es la razón por la cual es importante que los niños encuentren parábolas durante su niñez para que puedan desarrollar la habilidad de escuchar con sus propios oídos lo que Jesús estaba comunicando cuando hablaba en parábolas.
 
Parábola_Grano_Mostaza
 
Las preguntas fundamentales para las parábolas son variaciones de: “Me pregunto qué podría ser esto realmente”. Implica que hay más realidad de la que el ojo puede ver. En la parábola de la semilla de mostaza, por ejemplo, el narrador puede señalar a los pájaros y decir: “Me pregunto si los pájaros tienen nombres. Me pregunto si los pájaros son felices. Me pregunto cómo llegaron los pájaros a este gran arbusto. Me pregunto cómo supieron dónde construir sus nidos.”
 
La reflexión puede continuar, y la dirección que tome dependerá de los niños que estén reunidos ese día y cuáles sean sus necesidades. Otras preguntas adicionales pueden ser:

  • «Me pregunto, ¿qué estaría haciendo la persona que puso el grano de mostaza en el suelo cuando esa pequeña semilla estaba creciendo?»
  • «Me pregunto si esa persona tiene un nombre.»
  • «Me pregunto si la persona puede coger el arbusto que creció tan grande como un árbol y ponerlo otra vez en la pequeña semilla.»
  • «Me pregunto si la persona estaba contenta de ver los pájaros.»
  • «Me pregunto, ¿quiénes podrían ser los pájaros en realidad?»
  • «Me pregunto, ¿qué podrían ser los nidos en realidad?»

 
Es bueno detenerse justo antes de que la reflexión empiece a no dar más de sí. Esto deja a los niños con apetito de más parábolas en una sesión futura.
 
Es necesario remarcar, una vez más, que el estímulo que dan las parábolas para pensar de nuevas y creativas maneras también abre la puerta para entrar en una relación con el Creador de las Parábolas. A veces los niños sentirán que en el núcleo de las parábolas está esta presencia. Esto es lo que no puede decirse porque al principio la relación sólo puede ser intuida y va más allá de las palabras. Es, de hecho, la creatividad del niño jugando con la creatividad de la Santísima Trinidad.
 
ParábolaPerla
 


 

Tomado y adaptado del capítulo 3 del libro Teaching Godly Play. How to Mentor the Spiritual Development of Children  (Enseñando Godly Play. Cómo guiar el desarrollo espiritual del niño); Denver: Morehouse Education Resources (2009)

Traducción: Helcai Fibla

Revisión y adaptación: David Pritchard