Hay muchas definiciones del ‘juego infantil’. La siguiente es de Catherine Garvey, en su libro de la Serie Bruner (El juego infantil, Ed. Morata, Madrid, 1978). Creo que esta definición tiene mucho que ver con el estilo de Godly Play, y, de hecho, Jerome Berryman cita a Garvey en su primer volúmen de The Complete Guide to Godly Play.

«Ciertas características descriptivas del juego son ampliamente citadas como importantes para su definición. La mayoría de los que estudian el juego aceptarían el siguiente inventario:

1. El juego es placentero, divertido. Aun cuando no vaya acompañado por signos de regocijo, es evaluado positivamente por el que lo realiza.

2. El juego no tiene metas o finalidades extrínsecas. Sus motivaciones son intrínsecas y no se hallan al servicio de otros objetivos. De hecho, es más un disfrute de medios que un esfuerzo destinado a algún fin en particular. En términos utilitarios es inherentemente improductivo.

3. El juego es espontáneo y voluntario. No es obligatorio, sino libremente elegido por el que lo practica.

4. El juego implica a cierta participación activa por parte del jugador (…)

5. El juego guarda ciertas conexiones sistemáticas con lo que no es juego.»

Hmmm… ¿a ver qué parte de esta definición del juego infantil te gusta más?

¿Cuál será quizás la parte más importante del juego infantil?

¿Estarás tú, tal vez, en el juego infantil? ¿Crees que de alguna forma el juego infantil está en ti?

Me pregunto si hay algo en esta definición que quisieras quitar… y que aún continuase siendo la definición que necesitas. ¿Qué opinas al respecto?

¿Estamos dispuestos a jugar de verdad en nuestro trabajo como educadores? Puede que las dificultades que tienen algunos con la noción de las respuestas abiertas y de la no directividad en Godly Play, muestren en realidad sus reticencias a la hora de entrar de verdad en el juego infantil.

David