No se trata de una referencia explícita a Godly Play (aún no se conoce suficientemente este método en el mundo de habla hispana). Sin embargo hay muchas alusiones a un Dios juguetón -lo cual, como sabéis, es el meollo de Godly Play– en el artículo titulado ‘Un niño nos pastoreará: Relectura de la Biblia desde la infancia’ , por Edesio Sánchez Cetina (La Biblia en las Américas, Volumen 57 / Número 261 / No. 6 del 2002, Sociedades Bíblicas Unidas).

He aquí algunos fragmentos del artículo:

«[…] Ese es exactamente el valor del juego; la posibilidad de romper con la monotonía de una vida que mantiene las cosas como son o como el “adulto” quiere que sean. Lo peculiar del juego es la creación de un momento en el que lo que cuenta es el sujeto del juego, no las reglas. Estas se cambiarán en el próximo juego. Por ello, la teología que surge en este contexto no puede sistematizarse. Lo único seguro en el juego es lo novedoso, lo sorpresivo, la libertad que se vive. Y ese momento del juego, por más efímero que parezca ser, se convierte, por ser “evangelio” en eternidad. Por eso es que de los niños es el reino de Dios. Esta es la verdad que se presenta en las Crónicas de Narnia de C. S. Lewis. Los niños entran al mundo de Narnia, y en él vencen al mal, desencantan brujerías y hacen triunfar la justicia; y cuando regresan al mundo adulto de la “realidad”, el reloj apenas señala que ha pasado un minuto.

El libro de Josué, que mira un momento de la historia de Israel desde la óptica del libro de Deuteronomio, es una obra en la que se respira un ambiente litúrgico y festivo, es decir, lúdico. En él, la ironía, el humor y la sorpresa ocupan un lugar privilegiado. Para mí, es uno de los libros de la Biblia en donde Dios aparece como un gran juguetón. Se burla del enemigo y se ríe de las autoridades de su pueblo que quieren hacer las cosas a su manera, a lo adulto. Los personajes favoritos de su historia no son los generales de guerra ni las autoridades religiosas de la nación, sino una prostituta (cap. 2) y los gabaonitas (cap. 9): un pueblo vulnerable que salvó el pellejo por su astucia e ingeniosidad. Los antihéroes son los ricos y poderosos que viven entre las murallas de las ciudades estado, y Acán, aquel soldado que ávido de poder y riquezas quiso quedarse con las “fichas” del juego […]

Veamos más de cerca a Josué; leámoslo desde la perspectiva infantil. La primera persona extranjera (cananea) que llegó a formar parte del pueblo de Dios fue Rahab, la prostituta que vivía en la frontera entre el lugar protegido de los poderosos y el terreno abierto y desprotegido de los campesinos y obreros. Ella fue la primera heroína porque se burló del rey y de las autoridades de Jericó al demostrar qué tan vulnerable era la gran ciudad amurallada de ser penetrada por el pueblo “enemigo”, Israel; en el juego del “escondido” ella fue la ganadora.. Dios llevó a su pueblo a la victoria, usando a esta mujer como “ayudante”, e invitando al pueblo a conquistar a la “impenetrable” Jericó (Jos 6.1) no por medio del músculo militar, sino por medio del juego litúrgico. Es verdad, el liderazgo de Josué no es el liderazgo militar, es el liderazgo de un director de banda o líder de un juego. Jericó cae no porque sus murallas se desplomaron abatidas por la fuerza de tanques de guerra, o se hicieron añicos por la fuerza de rocas lanzadas por enormes catapultas, sino por la algarabía de gargantas y trompetas que marcharon alrededor de la ciudad […]

El relato de la burra de Balaam (Nm 22.21 35) narra otro de los juegos de Dios donde se encuentra la sorpresa, el humor y lo “normal” transformado por lo fantástico. La figura infantil es, por supuesto, la burra. (¿Recuerdas en Platero y yo el trozo titulado “La miga” en donde el autor visualiza al burro en la escuela estudiando con los niños?). Ella es la protagonista del relato. La principal acción del relato (“ver”) tiene por sujeto a la burra; no a Balaam. ¡Qué ironía! El profeta que por su profesión podía “ver” lo que otros ojos humanos no podían, ahora era incapaz de ver al ángel de Dios con la espada en la mano, dispuesto a matarlo. La única que tenía “ojos” para ver el peligro y así salvarle la vida a Balaam era la burra. Dios utiliza un animal a quien prácticamente todo mundo considera bruto, terco y nada inteligente como instrumento en sus manos para salvar a su pueblo y a Balaam. Tres veces la burra ve lo que el profeta no puede, y tres veces recibe azotes por actuar como la verdadera profetisa. Sólo cuando Dios actúa directamente, Balaam puede “ver”, y cae en cuenta que su burra había sido más inteligente, más dispuesta a tomar las decisiones correctas y menos terca. El profeta se convierte en “burro” y la burra en verdadera profetisa de Dios. Por eso, ella no sólo tiene la capacidad de ver, sino hasta de hablar; (qué extraño, una burra que habla! Pues sí, en el mundo del Dios niño, (hasta los burros hablan! Es tan grande el amor de Dios que cuando se ve orillado a hacer uso de los absurdos, lo hace sin apologías. Para Dios no hay instrumentos indignos en los quehaceres del reino. Sólo se hace indigno aquel que se opone o no entiende el juego de Dios. Si la serpiente (Gn 3), a quien las culturas antiguas consideraban símbolo de la inteligencia y la sagacidad, profirió palabra de mentira y muerte, ¿por qué la burra, a quien la literatura y sabiduría popular consideran ejemplo de ignorancia y necedad, no podía proferir palabra de vida? En el mundo del juego divino, el mundo del “revés”, los burros tienen palabra de sabiduría y son creadores de vida.

Si deseas entender el mensaje bíblico en toda su dimensión, penetra en él con ojos de niño. Sólo así no te sorprenderá que una multitud de más de cinco mil personas se alimente con cinco panecillos y dos pescados asados, que el agua se transforme en el mejor de los vinos, que Jesús camine sobre el agua, que Dios haya elegido la cruz como escenario de salvación universal y que una tumba vacía declare el triunfo de Jesús sobre la muerte […]»

Ver también:
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 1
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 2
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 3
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 4