Hay cada vez más referencias a Godly Play en diferentes libros religiosos… ¡al menos en inglés! Por ejemplo, la siguiente cita es de un libro que estoy leyendo actualmente sobre el trabajo con niños en la iglesia, la familia y la comunidad. Se titula Children matter (Los niños son importantes).

«Jerome Berryman ha desarrollado el método Godly Play, basándolo en La Catequesis del Buen Pastor * y el trabajo de Montessori. Aunque en muchos sentidos es parecido a La Catequesis, Godly Play se adapta más fácilmente a iglesias ‘no litúrgicas’. Actualmente, este método se extiende más y más por toda Norteamérica. En una sesión de Godly Play, después de recibir la bienvenida, los niños se sientan en el suelo en un círculo para un tiempo breve de oración y cánticos. Luego, son invitados a participar en una historia bíblica, la cual se relata de forma simple, usando las palabras esenciales del texto. El narrador o la narradora utiliza solamente su voz, objetos sencillos y gestos de mano; así cuenta la historia manteniendo su mirada enfocada en los materiales. La falta de contacto visual con los niños significa que lo que importa es la historia en sí, más que la persona del narrador. Los niños ‘entran’ en la historia con el propósito de ‘habitar’ en ella durante unos instantes, a fin de encontrar a Dios en ella y escuchar lo que Dios tiene que decirles. Después de la historia, los niños, juntamente con los líderes adultos del grupo, reflexionan sobre el sentido de la misma. El narrador no ‘enseña’ el significado. Al invitar a los niños a reflexionar sobre la historia, la implicación es que Dios puede hablarles y que el Espíritu de Dios les guiará a captar el sentido de la historia; es posible que el narrador no se dé cuenta de la importancia de tal significado para el niño. Después de este periodo de reflexión, cada niño o niña escoge la manera de responder personalmente a la historia. Podría optar por usar los mismos materiales empleados en la narración de la historia y, así, realizar su propio relato individual y empático de la historia. Otra opción podría ser la expresión de sus sentimientos y pensamientos a través del arte. Sea cual sea su elección, el niño dispone del tiempo y del espacio para procesar su respuesta personal a la historia y presencia divinas, sin distracciones.

Tanto La Catequesis del Buen Pastor como Godly Play integran la adoración con el aprendizaje, pero el énfasis se pone en la adoración. Se afloja el ritmo, lo cual permite que los niños de todas las edades tengan tiempo para reflexionar. Aproximadamente veinte niños como máximo caben en el ‘atrio’ ** o en la sala de Godly Play. Por lo tanto, ambos métodos son especialmente apropiados para iglesias pequeñas, aunque algunas iglesias muy grandes también han empezado a introducir tal modelo en uno o varios de sus cultos.»

Children Matter. Celebrating their place in the church, family, and community May, S., Posterski, B., Stonehouse, C., y Cannell, L.; Grand Rapids / Cambridge: Eerdmans; p. 234.

* La Catequesis del Buen Pastor es un método desarrollado por Sofia Cavalletti, basado en su libro ‘El Potencial Religioso Del Niño’.
** El ‘atrio’ es el término empleado para referirse a la sala o al espacio donde se desarrolla La Catequesis del Buen Pastor.