El viernes 24 de abril, Jorge y yo tomábamos parte en una videoconferencia a través de zoom con miembros de Godly Play alrededor del mundo, sobre todo de Europa. Andrew Sheldon – Godly Play Advocate for International Development – nos invitó a tomar parte en la reunión. Éramos diecisiete personas. Era para irnos conociendo mejor y también nos ofreció la posibilidad de comentar qué estamos haciendo con los niños en este momento de aislamiento.
De las diecisiete personas yo ya conocía la mayoría, pero era una buena oportunidad para Jorge de ir conociendo a algunos de los miembros del consejo internacional y para que ellos pudieron conocerle a él.
Dos del grupo se habían formado conmigo como formadores y otros estuvimos juntos en alguna de las Conferencias Europeas anteriores.
Varias personas están usando zoom para dar sesiones de Godly Play. Esta forma de presentar una sesión es preferible a sólo grabar una historia, porque permite formar un círculo virtual, aunque había algún comentario sobre el hecho de que no podrías hacer contacto visual con los niños en el momento de ‘wondering’. En fin, se nota que falta la intimidad de un círculo de verdad, como es de esperar. Estos comentarios ponen de relieve que Godly Play no es solo una forma de contar historias bíblicas. Es mucho más. Para formar un círculo, las relaciones son sumamente importantes y no se puede conseguir virtualmente de la misma forma que en un círculo en nuestras iglesias o colegios. Formar el círculo es muy importante. Cada miembro del círculo es único, cada uno está físicamente al lado de dos personas, todos unidos en un sitio donde se pueden sentir seguros, amados.
Difícilmente puede acercarse a este sentimiento en un círculo virtual. Sin embargo, para un grupo de niños que se conocen bien, es una manera importante para permanecer en contacto. Es una forma para que puedan sentir un poco de normalidad: Escuchar la historia con los mismos niños de su círculo, verse los unos a los otros, hablar entre ellos. ¡¡Una de los diecisiete comentó que no funcionó la fiesta, porque los niños iban comiendo su fiesta durante la historia!! Pero se puede dar tiempo a todos para contar algo de sus vidas en casa.
Algunos miembros de la reunión estaban muy felices que en sus círculos participa de toda la familia. Es una oportunidad para los padres de descubrir qué hacen sus hijos en Godly Play, pero, a la vez, les permite entrar en profundidad en la sesión con sus hijos. Otra persona daba sesiones para adultos. Sin embargo, una persona que trabaja con personas con discapacidad nos explicó que su grupo no es capaz de usar zoom. Imagino que si había un cuidador al lado este problema podría reducirse.
La reunión fue útil y agradable. Para mí, significó pasar un buen rato con gente conocida, con algunos que conocí por primera vez, pero también ver como todos nos preocupamos por nuestros círculos y buscamos formas de reducir el impacto del Covid19.
Celia Paterson