Todos
Los niños
Han conocido a Dios.
No el Dios de los nombres.
No el Dios de los «No».
No el Dios
Que hace algo raro.
Sino el Dios que solo conoce cuatro palabras
Y las repite todo el tiempo, diciendo:
«Ven a bailar conmigo»
Ven.
A bailar.